sábado, 8 de septiembre de 2012

David Fraile - Superlopez

David Fraile

Superlopez.

   "Superlópez es un vulgar y corriente Superhéroe con todos los poderes, superpoderes y extrapoderes que los señores López sueñan poseer como contrapartida de sus diarias frustraciones. Es el mismo López, Gómez, Rodríguez, del colmado, del estanco, de la oficina, de la peluquería, etc... En suma, que Superlópez somos todos. Pero... ¡cuidado! Cuando queramos surcar velozmente los contaminados aires de nuestra ciudad, debemos tener muy presente que es la imaginación quien vuela, no nosotros...”
Oye Mira Nº6. Editorial Bruguera, 1981
   Considero que esta definición que hace el propio JAN de su personaje es la mejor que podemos aplicarle. En sus comienzos (Euredit 1973) es difícil saber si Superlópez vive realmente sus aventuras más allá de su propia imaginación y la de los lectores. Los chistes sin texto, en blanco y negro, utilizando imágenes en los bocadillos combinan el deseo del hombre normal y corriente de convertirse en superpoderoso como vía de escape a su gris existencia y la aproximación al superhéroe como un elemento cotidiano. Pero si tras todo hombre con gafas se esconde Supermán y ser superhéroe no tiene nada de extraordinario, una persona mediocre simplemente se convierte en supermedianía.
   Las meteduras de pata de este superhéroe, paradójicamente normal y corriente, se adaptan al ya entonces anacrónico "humor Bruguera" en 1974 y 1975 con guiones de veteranos autores que podrían servir para cualquier personaje. La etapa resulta un poco desganada pero algunas historias de un joven guionista, Francisco Pérez Navarro, llaman la atención de JAN. En lugar de explotar las anécdotas domésticas de un superhéroe casado, Efepé se basa en la parodia directa de superhéroes norteamericanos.
   Así, el cambio de dirección en Bruguera permite que en 1979 un renovado Superlópez se introduzca en las páginas de Mortadelo Especial. La rotulación manual, los serpenteantes bocadillos multiformes, la variedad en forma y tamaño de las viñetas, el color y el dibujo lo hacen destacar entre el resto de personajes de la revista.
   Estas primeras historietas del Superlópez actual se basan fuertemente en el prototipo arquetípico de todos los superhéroes: Supermán. La película de Richard Donner (1978) con el recordado Christopher Reeve colabora en la rápida popularización de la serie. Estas aventuras de 8 páginas son independientes entre sí pero introducen una continuidad interna que va presentando los personajes y el entorno del protagonista. "El mejor amigo de Supermán", Jimmy Olsen, se ve caricaturizado en Jaime González, "el peor enemigo de Superlópez cuando no es Superlópez", un compañero de oficina pelota y chivato. Lois Lane, enamorada de Supermán y para la cual Clark Kent es invisible, se ve transformada en Luisa Lanas quien sólo tiene ojos para Juan López y tacha a su personalidad secreta con el famoso apelativo de "supermedianía". El jefe es simplemente un estereotipo de empresario explotador fumador de puros y vestido con traje elegante aunque éste y los anteriores sufrirán cambios a lo largo del tiempo.
   En 1987, tras la desaparición de Bruguera, Ediciones B adquiere todos los derechos de sus personajes y se plantea retomar la publicación de gran parte de sus series entre las que está, por supuesto, Superlópez. Muchos sentencian que este es el comienzo del declive del personaje pero, en mi opinión, es a partir de este momento cuando JAN tiene mucha más libertad como autor para utilizar la serie y contar lo que le interesa contar sin tener que ceñirse a la gastada parodia de superhéroes. De nuevo bajo mi punto de vista, el Supergrupo hubiera podido continuar con mucho éxito durante más tiempo pero dudo que la repetición del mismo esquema y la fuerte dependencia de los vaivenes de un factor externo (el propio género que parodiaba) hubieran permitido su supervivencia hasta nuestros días.

PERSONAJES
   Luisa reprime y coarta los intentos de Juan para escapar de la realidad (y en cierto modo, de sus obligaciones y responsabilidades) como Superlópez. Es cariñosa e ingenua, según JAN "la tontería personificada", pero a la vez con muy mal carácter y mucho afán de protagonismo. De nuevo JAN alude a que a Luisa le gustaría ser Superluisa y la estrella de las aventuras.
   En un principio Jaime era la contrapartida en la "vida real" de los superenemigos a los que se enfrentaba bajo su identidad superheroica, ¡y podía ser un incordio mucho más molesto!, pero una lógica evolución le lleva a convertirse en un buen compañero de trabajo y un amigo, aunque sea sólo por necesidades del guión para que Superlópez tenga un vínculo con la realidad y una razón por la que actuar cuando éste se meta en problemas.
   De la misma forma el jefe pasa de ser otro "enemigo" en la gris vida de oficinista a ser quien provoque el comienzo de la aventura. El ejemplo emblemático es "Los cabecicubos" pero también "El tesoro del Ciuacoatl", "La banda del dragón despeinado", "El Infierno"...
   Los secundarios "habituales" parecen sacados de los estereotipos del cine y el cómic. Al Trapone es el gángster mafioso jefe de una banda de malhechores patibularios cuyo nombre o mote hace referencia a su aspecto: Carasucia, Carapincho, Caracortada... Escariano Avieso es el típico sabio despistado pero malvado con bata de laboratorio que dedica su genio al crimen más por hábito que por mala intención pues la aplicación práctica de sus inventos suele ser poco útil. La contrapartida en el lado de la ley es el inspector Hólmez, policía burocrático y poco eficiente cuyas motivaciones son parecidas a las del protagonista: si Juan López huye de la rutina de su empleo de contable transformándose en Superlópez y emulando a Supermán, al inspector Hólmez le gustaría ser como su héroe de los tebeos, el Inspector Dan.
   Según avanza el tiempo, podemos ver como cambia el entorno de los personajes en su trabajo (de máquinas de escribir a ordenadores con pantalla plana), en las modas (de pantalones de campana en los 70 a hombreras exageradas en los 80
y piercings en los 2000) o en los modelos de automóviles (del Seat Panda y el Citroen "dos caballos" al nuevo modelo de Escarabajo o mini-coches tipo Smart). En esta evolución se introdujeron nuevos personajes habituales y estos también han cambiado con los tiempos. Así, Martha, hija del inspector e irónicamente coleccionista de atracos a bancos, se reconvierte en una dibujante de tebeos "al peso" (posiblemente una alusión a los métodos de trabajo de Bruguera y otras editoriales) aunque lo que realmente le guste sea el arte abstracto. Pero eso no da de comer, claro...
   Otro personaje joven que salva la brecha generacional entre Superlópez y los lectores a los que va dirigido y que también evoluciona es "Chico". Informático y hacker, deja de tontear con las drogas y establece una relación con Martha con la que tiene una hija que va creciendo álbum tras álbum.
   En el lado de los "malos" también hay una renovación. "Esponja" Humitsec, el ex-ministro de Tontecarlo Refuller D'Abastos y la malvada Lady Araña introducen el tema del tráfico de drogas adaptando el famoso "no fumes y lee" a los nuevos tiempos: "si os ofrecen chocolate decid que... ¡naranjas!".
   A pesar de que el protagonista tome nombre y apellidos de su creador, Juan López Fernández, el personaje no es un reflejo del aspecto, la personalidad o los gustos de JAN. En muchas entrevistas ha indicado que "todos mis personajes tienen algo de mí" y como un genial director de actores caracteriza, hace hablar, gesticular y moverse a los personajes delante de la cámara por escenarios imaginarios o reales como si de una película de Woody Allen se tratara. Y si Woody Allen no se ciñe sólo a Manhattan, tampoco JAN deja preso a Superlópez en Barcelona sino que le hace viajar por el mundo.



LOS TEMAS
   Respecto a los argumentos, es más difícil hacer una clasificación muy cerrada ya que los géneros se combinan entre sí y resurgen a lo largo del tiempo: si hay algo por lo que se debe destacar la serie son los cambios que introduce su autor para evitar aburrirse a sí mismo y al lector.
   De este modo, los tres primeros álbumes con los guiones de Efepé ("Aventuras de Superlópez", "El Supergrupo", "¡Todos contra uno, uno contra todos!") son pura parodia de superhéroes para, con los guiones de JAN, ir introduciendo crítica social sin dejar de lado el humor ("Los cabecicubos"). A menudo JAN da su visión particular sobre diversos temas y problemas actuales o incluso anticipándose al futuro: la ludopatía ("En el país de los juegos..."), el V Centenario ("Los ladrones de ozono"), las sectas ("Tyrannosaurus Sect"), Internet ("Los cibernautas" se dibuja en 1997 cuando el acceso a la red en España era francamente minoritario), el fútbol ("El supercrack"), el botellón ("El gran botellón"), la contaminación ("Monster Chapapote"), la clonación ("Tras la persiana"), los teléfonos móviles ("Politono Hamelín"), las hipotecas ("Hipotecarión"), los malos tratos ("En busca del templo perdido"), las drogas ("Un camello subió al tranvía..."), la crisis ("¡A toda crisis!"), el desarrollo sostenible y la sobreexplotación de los recursos naturales ("El mundo de al lado"), la gripe A y la industria farmacéutica ("El virus Frankenstein"), las elecciones ("Elecciones en Kaxim") utilizando como recurso la traslación de dichos problemas a países (Tontecarlo, Bombokie, Djebana) o mundos (Tirán-Lirán, Koskatilla, la Nebulosa de las Perplejidades, Hipotecarión, Kaxim) imaginarios en un estilo satírico cercano a Jonathan Swift o Stanislaw Lem. Y hablando de ciencia-ficción y fantasía "Los Petisos Carambanales", "La acera del tiempo" y "El patio de tu casa es particular" exploran los viajes en el tiempo y los universos (¡o finales!) alternativos.
   ¡Leyendo Superlópez siempre se aprende algo! Aunque el interés de JAN se centra en dar verosimilitud a su obra, no se puede negar su valor pedagógico cuando nos descubre las distintas mitologías universales ("La caja de Pandora"), la vida y obra de Van Gogh ("La casa amarilla"), la Filosofía ("El asombro del robot”) y, sobre todo, nos deja con ganas de que la siguiente lectura sea el libro en que se basó para construir una historia: "El Señor de los Chupetes" para "El Señor de los Anillos", "Viaje al centro de la Tierra" para el álbum casi homónimo, "La Divina Comedia", "El diablo Cojuelo" y "Fausto" para "El Infierno", la Trilogía de "La materia oscura" de Philip Pullman para "La brújula esdrújula", las historias de robots de Asimov para "Tú, robot", la obra de Borges para "La bilbioteca inexistente" o la poesía con las citas de la Hormiga Poeta, personaje que, por otra parte, puede interpretarse tanto positiva (la hormiga gigante sale de la mediocridad con esfuerzo leyendo y aprendiendo...) como negativamente (...pero al fin y al cabo lo único que hace es repetir como un loro lo que ha leído sin que parezca haberlo entendido ni haya aprendido a pensar por sí misma).
   Pero también descubrimos el mundo y sus costumbres o nos quedamos más cerca en lo que se ha dado en llamar "catálogos turísticos": "Los cerditos de Camprodón", "Periplo búlgaro", "La banda del dragón despeinado" (Japón), "Un camello subió al tranvía en Grenoble", "El tesoro del Ciuacoatl" (Méjico), "Las montañas voladoras" (Andorra)...
   Aunque Superlópez no aparezca por ningún lado, "Los Gemelos Superlópez" y "Vamos a ver elefantes", inculcan valores de respeto al medio ambiente a los más pequeños.
   La explotación del tercer mundo ("El castillo de arena" con el problema de los residuos nucleares exportados a estos países, la mano de obra esclava en "El caserón fantasma"), las dictaduras ("Adiós, Lady Araña"), los señores de la guerra africanos en constante lucha ("La guerra de Lady Araña") y el militarismo ("Las minas del rey Soplomón", "La feria de la muerte") son otros temas sobre los que JAN quiere llamar nuestra atención, de la misma manera que "Cachabolik Blues Rock", "La aventura está en la esquina", "El dios del bit" o "Gritad, gritad, malditos" intentan que seamos críticos con la sociedad de consumo en que vivimos.
   En definitiva, si la prima de riesgo, el diferencial con el bono alemán y Moody's, Fitch y Standard & Poor's lo permiten, JAN tiene todavía muchas cosas que contarnos utilizando a Superlópez como interlocutor o a cualquier otro personaje salido de su imaginación.

David Fraile Vieyto

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